En la actualidad, las empresas y las personas están conectadas, intercambian información y realizan transacciones de formas que nunca habíamos imaginado. La combinación de plataformas digitales, las opiniones y contenidos creados por el usuario, la integración de las redes sociales, los sistemas de posicionamiento global y el uso de los macrodatos y la inteligencia artificial han transformado nuestra forma de gestionar, consumir y compartir la información.

Es el resultado de sucesivos avances en las telecomunicaciones, la informática, las bases de datos, las redes, internet, la tecnología móvil e inalámbrica, los sistemas de posicionamiento global y los teléfonos inteligentes, entre otras muchas cosas.

El turismo, como uno de los principales sectores económicos transversales del mundo, ha sido tanto testigo como protagonista de estos cambios. Para las entidades del sector del turismo, tanto públicas como privadas, la tecnología de la información y las comunicaciones ha sido una herramienta imprescindible y tremendamente útil para realizar labores de gestión, logística, distribución y marketing. Y ha traído consigo un turista digital que es más autónomo, está hiperconectado y es cada vez más exigente, puesto que espera un servicio personalizado.

Los cambios en las expectativas del cliente y las tendencias mundiales están obligando al sector turístico a adaptar los modelos de negocio y de gestión para mejorar la satisfacción del consumidor y los resultados de las operaciones. Con ello se están creando oportunidades para que se incorporen nuevos participantes en la cadena de valor del sector turístico, sobre todo «nativos» digitales como los buscadores de viajes en línea. Al mismo tiempo, las plataformas de servicios turísticos privados (la llamada «economía colaborativa») están en auge.

Aunque el sector turístico ha estado en la primera línea de la disrupción digital, el cambio tecnológico es exponencial, lo que supone que el sector debe seguir innovando, y los distintos interlocutores deben colaborar, de forma casi constante, para seguir siendo competitivos.

Además, habida cuenta de su carácter intersectorial, el turismo tiene un mayor grado de responsabilidad para utilizar el cambio tecnológico y la digitalización para hacer que el futuro sea más sostenible, económica y socialmente, más inclusivo y más respetuoso con el medio ambiente.